#010

Ha vuelto, y con ella, todos los recuerdos que llevan tu nombre.

Mi mirada se pierde en la inmensidad del mar
y como si cerrara los ojos pero sin cerrarlos,
pierdo la noción del tiempo.
Siento como la soledad
se acerca
me acaricia y se sienta,
a mi vera en silencio.

Ésta, sin decirme nada
me hace darme cuenta de la situación.
A venido a joder,
a echarme un cubo de agua fría
y a llevarse toda mi alegría.
Que sí, que no me quedaba mucha,
pero era la dosis que necesitaba para sobrevivir
y ella va a llevársela, en este ir y venir.

Sube la marea...
Se aproxima mi naufragio.
Ya lo siento cerca...
¡Piernas corred!
Huir ahora que podéis.
Cojo impulso
y mis pensamientos
tocan a la puerta.

Me aterrorizo y paralizo.
Sin piedad alguna,
la soledad me ha cogido por los hombros
y me ha sacudido
hasta dejar caer como plomo
la realidad sobre mi.

Ahora mismo,
quisiera salir corriendo a por ti
para hacerle ver a la soledad
que se equivoca,
que todo está en orden,
que tiene que marcharse.

Pero ha ganado,
me ha abierto los ojos.
Aquí el único que se va eres tú.
Mientras yo...
Aquí estoy,
atada de pies y manos.
Intentando asimilar que te vas
ya por siempre.

Marina Reche.

#009

Los minutos pasaban, pasaban y no llegabas.
Hasta que lo hiciste.
Apareciste como una estrella fugaz y me deslumbraste con toda la luz que desprendías.
Cuanto tiempo sin verte...
Fuiste tan efímero
que apenas pude saborearte.
Pero te disfruté durante ese pequeño instante.
Y aun que doliera la distancia,
-deslumbrante estrella fugaz-,
te sentí cerca.
Sentí que querías aterrizar en mí, en mis labios...
Y crear juntos un segundo big bang,
para deslumbrar el cielo, robar la luna y huir.
Pero tu llegada fue tan, tan fugaz...
que más bien fue un amago de aterrizaje convertido en un nuevo despegue.
Aun así,
en tan pocos segundos eternos 
me calaste el alma.
Y en ese momento, 
en el que te tuve
tan cerca
como para pensar que tu luz
me alumbraría eternamente, 
le susurre al reloj que no marcara la hora del fin.
Olvidando que era inevitable. 
Puesto que tú, 
no eras más que eso; 
una estrella fugaz.

Marina Reche.

#008


¿Qué pasará cuando volvamos a cruzar miradas, cuando volvamos a compartir palabras...?
¿Qué pasará cuando volvamos a ver salir la luna sin verla, y te diga de ir a buscarla?

Tengo miedo, de que me vuelvas a desgarrar el corazón con tu ternura. Así que ten cuidado cuando vuelvas.
Avisa, y entra despacio por la puerta. Sin acercarte mucho, que no quiero recordar tu olor. Sin sonreír mucho, que no quiero volver a quedarme atrapada entre esos malditos dientes. Y por favor, no me abraces mucho, que no quiero volver a enredarme entre tus brazos y luego no ser capaz de soltarte.
Aunque realmente me muera por estar pegada a ti de nuevo, y abrazarte, besarte, olerte, verte sonreír, alcanzar el cielo trepando por tu espalda y no fingir,
decirte que te he echado de menos y sentir, a tu aliento decir,
cerca de mis labios,
que tú también me has echado de menos.

Lo sé,
vaya ilusa estoy hecha.
Quizás...
Quizás ni te vea,
pero aquí sigo,
un día más que te escribo.

Marina Reche.

#007


Demasiadas son las ganas que tengo a veces de verte.
Tanto que cualquier día, cometo una locura...
Te fuiste y me dejaste con mucho amor que regalarte. Tú eras lo que convertía en arte mis palabras...
Aunque hoy sigues siendo la musa que hace que este cuaderno vaya poco a poco llenándose de tinta, es incomparable puesto que ahora, eres letras de melancolía.

Me ronda de vez en cuando por la cabeza, la idea de mandarte cartas a ese buzón que no abres, para que cuando vuelvas, las leas una a una y sepas cuanto te quiero y te he echado de menos.
¿Sabes?
He conseguido un pañuelo enorme para poder irnos a la playa, y tener espacio suficiente para jugar el uno con el otro, sin tener una pequeña franja de arena que nos impida unir cuerpos.
Desde que te fuiste, la melancolía y la tristeza son mis compañeras de viaje. Eso es todo lo que dejaste, un hueco vacío sin llenar, y un puñado de dolorosos recuerdos.
Que he intentado todo. Desde hacerme la dura, hasta reconocer lo mucho que duele tu ausencia.
Que sí, que nos volveremos a ver, pero será diferente.
Ya no seremos nosotros,
seremos tú y yo,
y eso, me desgarra el alma...

Marina Reche.

#006


Quise pensar,
que era solo cuestión de tiempo el volver a encontrarnos.
sin darme cuenta de que pasaría el tiempo,
y no estarías aquí a mi lado.

No quise ni imaginarlo...

Y hoy, todavía te sigo esperando.
¿Volveré algún día a sentir tu tacto?
Me pregunto rozando las sábanas
pensando que esto no debe ser sano.

Tengo tantas ganas
de volver a abrazarte,
que cada vez que te recuerdo
aparecen en mi cara
a la par,
una sonrisa y una lágrima
que llevan detrás,
tu nombre oculto.

¿Por qué?
Me pregunto una y otra vez.
Por qué tuvo que ser así...
Y no recibo respuesta alguna,
que calme mis ganas de ti.

Ahora,
la razón,
no hace más que repetirle al corazón,
que esto es así
y que no hay más,
que se olvide ya de esos sentimientos...

Pero la tirita que lleva tu nombre no pega
y se despega
una y mil veces.
No quiere olvidarte
y yo, tampoco estoy por la labor.


Marina Reche.