He perdido el norte,
la bala y la rusa, y todo
a empezado a dar vueltas como una ruleta.
Estoy tirada en la orilla de un mar perdido,
como aquel niño que un día fue noticia
-y hoy ya ha desaparecido-.
Así que si vienes a buscarme,
hazlo en silencio
que no quiero ser comercio de penas.
Y si en tu búsqueda me encuentras,
cuando todo deje de girar cual ruleta,
silénciate que la rusa
cuando todo deje de girar cual ruleta,
silénciate que la rusa
estaba en la bala
dentro de la pistola
que no disparé
por querer estar viva.
Jamás me cuentes que estuve apuntando al sur mientras yo estaba
en el norte sintiéndome perdida.
No me digas
que en realidad
existía en mí la valentía a la vida.
Porque si descubro que era engaño
más que pérdida,
apretaré el gatillo.