#042

París en boca de todos
Llora sangre por muertes injustas.
La tierra se convierte en escaparate
Y todos excepto cuatro gatos -dorados-, 
Nos convertimos en marionetas,
Trozos de plástico.
Siria lanza sus últimos suspiros,
Aquí hablan de una 3ª guerra,
Estados Unidos se limpia las manos de guante blanco 
Y yo me echo las manos sin guantes de sangre a la cabeza 
Por resistirme al miedo que quieren inyectarme en vena.

Ya no existen Dioses
El ser humano ahora es
Experimento de laboratorio.
Nos controlan cuatro calderos de oro
Escondidos en la oscuridad
Que hay detrás del arcoiris 
Que nos pintan en el cristal
Tras el que vivimos,
Pues somos trozos de plástico,
Yo también soy maniquí,
Y pronto me borrarán el rostro
Por expresar más de lo debido
Y no dejar vender la falsedad 
Con la que me visten, y visto.

Llueve sangre 
Y el mundo llora la ignorancia.
Somos un juego de apuestas,
Somos las fichas expuestas 
De cuatro seres inexistentes,
Que saben de nuestra existencia.

¿En qué momento dejamos de ser dueños de nuestra vida?
¿A caso lo somos en algún momento?
No me da miedo la muerte,
No me da miedo la vida,
Sólo me aterroriza
Lo que todos llamamos:
MENTIRA.

Etna Suárez.

#041

Grita.
Grita bien alto que te escuchen
Que desde aquí allí no te oyen.
Di que adoras tu nuevo peto,
Confiesa bien fuerte que le quieres.

Libérate y grita.
Grita que decapitarías al rey de
Espadas 
y al que monta al caballo y a la sota
Porque por su culpa, estáis perdiendo la partida.

Grita.
Grita que estrenarás peto
Para mancharlo de batallas,
Y desgárrate las cuerdas vocales
En ellas.


Etna Suárez.

#040


Te prometo que no más sexo, 
Que no voy a volver a enredarte entre mis sábanas,
Que no más provocaciones.
Te prometo
Que no voy a volver a  besarte el cuello hasta morderte el lóbulo,
Que no más besos,
Que sólo pájaros
Perdón,
Que sólo picos.
Que sólo picos saludos de pájaros en bienvenidas,
De hola qué tal y de adiós.
Que no más contacto con tus labios rozando la pasión,
Que no más bailes entre tu lengua y la mía.
Que no más.
Te prometo que no voy a dirigir tus manos
a las zonas que a partir de ahora prometo delimitarte,
Te prometo que te abrazaré lo justo,
Que sólo un te quiero por semana
Que juntaremos nuestras manos enlazando nuestros dedos,
única y exclusivamente cuando caminemos por la calle.
Te prometo que no me tocaré mientras te pienso
Que no me morderé siquiera el labio,
Que no gritaré más porque no compartiremos cama.
Que no.
Que no más...
Te prometo comida familiar todos los fines de semana,
sonreírle a tu madre y contarle mi vida
como si ya la conociera desde mi existencia.
Te prometo que no montaré en tu coche cuando por fin lo tengas, 
que haré caso a lo que dicen todas las madres menos la mía.
Prometo además, que no dejaré que me lleves
a ningún lugar perdido donde perdernos hasta encontrarnos..
Prometo no decirte lo sexy que estás,
No repetirte lo bien que te queda el gorro,
No innovar, no probar, no más nada fuera de lo normal...
Que no.
Que no más.
Prometo conversaciones extensas,
largas y tendidas,
sin interrupciones,
sin malditas caricias que desconcentren,
sin besos para hacerte perder la cabeza.
De verdad te lo prometo,
que no más.
Hablaremos.
Hablaremos tanto que no dejaremos silencios
Y no nos rozaremos.
Prométeme que no nos rozaremos,
Nada.
Hablaremos hasta acabar con el tiempo.
"Se ha quedado buena noche" diremos.
Y que no.
Que no más.
Que no más mentiras irónicas.

Que yo prometo poco,
y lo único que prometo prometerte
es quererte
en la inmensa totalidad que ocupas,
regalarte sorpresas
provocarte sonrisas,
Sonrojarte con esas palabras que me creas
y que suenan tan bonitas cuando las dejo escapar.
Prometo dirigir contigo la mejor película de nuestras vidas
hasta el momento,
y follarte tan lento pero intenso,
que lleguemos a hacer el amor.
Porque después de haberlo descubierto,
me duele a ratos, en el pecho, tu presente ausencia.
Prometo estar al día de tu vida,
ponerte al día de la mía,
escucharte, 
escucharte hasta que esté todo dicho,
y silencio.
Prometo después hablarte,
hablarte hasta que esté todo dicho,
y en silencio,
te prometeré con los dedos cruzados 
todas las promesas irónicas que se me pasen por la cabeza.

Etna Suárez



#039

Escucha.
Escúchame y escucha.
Cierra tu maldita boca
y ábreme los oídos de tu corazón.
¡¡Arráncate el ombligo!!
Si somos dos yo también existo.
Pero parece mentira si digo
que a día de hoy no me conoces
todavía
ni lo más mínimo.

Voy a serte sincera;
pocas veces cuento mis penas
si no es en poemas.
Pero siempre escucho
y nunca digo.
Y siempre escucho pero nunca digo.
Y siempre...
Siempre va un "bien" tras cualquier pregunta
pero nunca...
casi nunca, contesto con una real y compleja respuesta.

Voy a serte sincera;
no conoces mi mirada más allá del marrón de mis ojos.
Así que yo que tú,
yo de ti,
saldría corriendo.
A abrazárme
a querer descubrir más allá de lo que te muestro,
a empezar a conocer mis entrañas...
¿O a caso tienes miedo?

Voy a serte sincera;
Me alteran las personas que solo hablan de sus desgracias,
sin que nadie les pregunte.
Aquellas que no ceden a escuchar
a pesar
de que quien tienen en frente
les suplique a palabras silenciosas un:

"Dame la llave de la puerta que al abrirla,
cree una corriente que me haga hablar,
y contar,
y gritar,
y liberar mis sonrisas curvas hacia el suelo,
y llorar...
Dame esa llave y cállate,
y escúchame.
Pero escúchame,
y calla.

Etna Suárez.

#038


Voy a alargarme con la situación porque lo que me trae hasta aquí y vengo a inmortalizar,
se resume en pocas palabras...
Hace un rato que dejó de llover.
Estamos a lunes.
No un lunes cualquiera.
No.
El último lunes de Agosto.
El último mes verano.

Hace un rato que dejó de llover
Los truenos ya ni asoman y la ciudad,
y Alicante
Retoma su poca vida nocturna de un lunes.
No hay luna.
En cambio tu luz ha viajado hasta aquí a su velocidad correspondiente y te has materializado en la vela encendida sobre la mesa que me alumbra y trae calidez a la noche.

He desempolvado a Silverette, 
Por segunda vez esta semana
Y te la he presentado.
Eres de las pocas afortunadas en conocerla.
Me has generado ganas de tinta y la he colocado
Con delicadeza
Sobre la mesa
Y le he hecho limpieza.

Le he quitado parte de la mierda acumulada
Le he abierto las entrañas y desnuda ante mis ojos, la he observado.
Cuánta sencillez en algo tan complejo,
Cuánta complejidad en aquello que tan sencillo parece...
La he limpiado y he vuelto a vestirla.
Es tan bonita...
Espero poder presentártela en persona algún día.
Te encantaría,
Estoy segura.

Tengo alumbrándole un pequeño foco.
Tiene alumbrándole un pequeño flexo y parece una artista sobre el escenario.
Qué bonita es.
Qué bonita está...
Sus teclas acarician las llenas de mis dedos y espera impaciente saber algo más sobre ti.
Suena de fondo jazz.
Siempre he pensado que le da a la vida el toque de película que buscamos tener.
Te confieso que me gusta hacer del mundo una pantalla de cine.


El cielo se está despejado. La luna se asoma tímidamente entre las nubes y me desconcen
Definitivamente, lo hace.
A ratos se enciende la pantalla de mi móvil
Y eres tú en cuento.
Brujas que quieren sapos
Sapos -babosos- que desean ser brujos...
Eres increíble.
¿Te lo he dicho alguna vez?

Ah sí, es cierto. Ayer.
Ayer el mar volvió a preguntar por ti y una vez más no supe qué contestar.

Ah cierto, ya se me iba olvidando. Hoy.
Me has hablado de un hipotético abrazo en tu tejado.
(Ni sapos ni brujas, tú eres gata, pardo y además nocturna)
Me has hablado de no soltarme...
Ayer el mar me preguntó por ti, hoy dices que tus brazos y tu pecho lo hacen a diario; 
preguntan por mi.
Y te digo aunque tú ya sabes, que mi espalda también lo hace.
Se convierte en el puente de tu recuerdo suicida.
Y parece que se han puesto de acuerdo
Para qué nuestras mentes recreen en silencio un abrazo, tuyo, por la espalda, mía, juntos, frente al mar, y poder abstraernos de todo como dices.
Eso sí es brujería.

Etna Suárez.

#037



Se abre el telón y puedo vernos.
Verano dos mil trece. Una isla algo desierta cada día más turística está siendo desinfectada por un grupo de jóvenes.
Entre ellos,
tú y yo.

Risas nerviosas a causa de miradas llenas de picardía.
Son-risas. Son mis risas ante tu mirada de “solos tú y yo ante la multitud”.
Uno frente al otro bastaba para que las mariposas me mordieran el estómago.
Menudas fieras.
Cupido hacía semanas que no les daba de comery salté a tus pies, para ponerme de puntillas y jugar a besarte el alma.
Un volveremos a vernos
era inevitable.

Y ya Septiembre,
desafiando a la soledad que iba invadiendo la playa dando paso al otoño.
Siendo el punto de mira en los pasillos,
dejamos de ser dos desconocidos, cuando me sorprendió tu corazón grabado en la orilla de la playa.
Y es entonces, es ahora, es ahora cuando viene la mejor parte:
(El telón continúa abierto).

Un sí suena en la sala
proveniente del escenario
donde solo tú y yo somos protagonistas.
Un sí suena en la sala,
y el silencio como espectador 
aplaude.

Fin del primer acto.

Etna Suárez

#036


Me acojonas.
Sí, sé que suena fuerte, pero no hay otra palabra.
Me acojonas hasta el punto de echar a reír de miedo.
Yo tan blanco y tú tan negro,
yo tan negro cuando tú tan blanco...

Me acojonas porque te siento aquí
y un médico un tanto amigo o un amigo un tanto médico
me contó que el amor de verdad se siente aquí arriba,
que lo que sentimos en el estómago es mentira,
otra mierda más que nos venden.
Una droga adictiva y destructiva con la que equivocarnos.

Este hombre decía, que las mariposas pasan, que el amor de verdad
se siente en el pecho
que lo otro es deseo, sólo deseo.
"El amor es muy bonito, y el sexo está muy bien. 
Si consigues juntar las dos cosas; enhorabuena, eso ya 
es la hostia". Decía.

Una vez más me acojonas,
porque te quiero, te deseo, y a mi parecer
aunque por miedo a veces quiera dudar...
Eres la hostia.

Etna Suárez.







#035

Ponme.
Ponme una mirada pícara
Abrázame por la espalda
y bésame el cuello.

Ponme.
Ponme tu sonrisa que no se cansa de jugar y muerde.
Deja que mis dedos se pierdan en el jardín de tu azotea
y acaricia los límites que llegan a estremecerme.

Ponme.
Despacio.
Cocinando a fuego lento
el hambre de comernos el uno al otro.

Y luego pon, ponme, ponte.
Pon el fuego al máximo
y fundámonos en un gemido -silencioso-
para no levantar las sospechas de los vecinos.

Ponme
Ponme de espaldas al mundo.
-Sin mirarle a los ojos
que cualquier mirada que no sea la tuya intimida-.
Ponme y fóllame, follémonos, deja que te folle...

Pero ponme.
Ponme siempre;
el alma contenta.

Etna Suárez.

#034


A veces parece que vuelves
a ser lluvia
pero por suerte y para mi desgracia
ya no quedan gotas que convertir en mar.
Escampaste. Has escampado.
Ya solo dueles
un poquito,
si recuerdo todo lo que perdí(mos)
el día que deshicimos la conjunción y.
Tú.                                Yo.
Los bolsillos en estos tiempos
no soportan tanta distancia.

Y ahora que vuelvo a escribir
sustituyendo las pastillas antiinflamatorias,
vuelvo a esa manera peculiar
de aclarar la mente.
Contigo siempre me hizo falta.
Aunque asumí hace tiempo
que eres imposible de olvidar
que eres, fácil de recordar.
Lo asumo. Lo acepto.
Pero cómo jode perder vivencias
hechas a medida
para compartir contigo.

Cómo jode no saber si el futuro
me depara a ti,
a algo parecido
o a alguien
completamente diferente.
Te aseguro que acabar bien la historia,
duele más que cuatro gritos 
y cien cristales por el suelo.
Te aseguro 
que los finales felices
aunque salgan volando las perdices,
si no son contigo;

saben a mierda.

Etna Suárez.

#033

Ayer me invadió la tristeza mientras nos comíamos a besos de despedida.
Llovía, o quizás había llovido, era algo que no podíamos saber. No respirábamos aire, y nos ahogamos.
Teníamos miradas externas en los labios y pensé en arrancarle los ojos a más de uno, por intentar robarnos las lenguas como si fueran gatos.
Sentía la necesidad de raptarte, de evadirte de tus obligaciones y de correr hacia ninguna parte. Sentía las ganas de pasar toda la noche abrazada a ti, de trazar una ruta por todo tu cuerpo a besos, deshacerla, y volver a empezar.
Quería empaparme de cielo, y saborear las nubes
contigo
Buscando cualquier pretexto absurdo con tal de no suplicar un quédate, llegamos a la hora exacta. 
Qué sabor amargo dejó la tristeza por dulces que fueran tus labios.
Volvíamos a respirar aire pero me ahogué. Se me atragantaron dos palabras. Sentí miedo. Estaba muerta.
Me desgarraron las cuerdas vocales hasta las letras curvas del te quiero, y callé cobarde, y grite a miradas un notevayasquelaplayasequedadesierta.
Y aunque siempre has sido de película, no habrías bajado y te hubieras quedado toda la noche.
Y aunque siempre me digo que hay cosas que son mejor dejarlas para la gran pantalla, decidí tras haber dudado lo que fue para mi un relámpago en siglo, comunicarte lo que tanto me aterroriza.
Fue por ondas y lo desvalorizaste, pero es que no soy capaz de hablarte de ese miedo... -estoy muerta-.
Ya no llovía, pero había llovido, podía darme cuenta porque respiraba el frío de la noche y en los pulmones escocía tu ausencia.
Ayer me invadió la tristeza
Que llevabas escondida en la mirada,
Pero hasta hoy que te he leído, no había sido consciente.

Etna Suárez.

#032

(Estarás de acuerdo conmigo... Se te nota en las pestañas)

Hoy,
me he sentido altamente artificial.
Diminuta ante gigantes de cemento
que llamamos casas,
maniquí de plástico inerte
luciendo bikini ante la manta "azul" de mierda
que solemos llamar mar,
absolutamente absurda
al detenerme de frente
y descubrir la cara que lleva
la civilización.

Hoy,
me he sentido artificial,
preconstruida,
dominada...
Hoy...
Sonará a locura pero,
hoy no he sentido la naturaleza
y la he visto perdida, a lo lejos.
Me tomareis por loca, sí, lo sé,
pero hoy,
cuando he entrado al agua salada,
me he dado cuenta.
Tengo la libertad amarrada
por dos absurdos trozos de tela.

Hoy miento.
Pues no son tan absurdos
después de todo
son dos trozos de tela
que cubren prejuicios,
miradas de desprecio,
comentarios impropios,
pudores de prefábrica,
falta de aceptación,
mentalidades borregas que no despiertan...
que no despiertan 
y siguen dormidas.

Hoy no hay tiempo
pero aun no es tarde,
pintemos todo de color verde
limpiemos las calles de calles,
que todo sean valles
y dejémonos de cuatro ruedas
usemos sólo las dos piernas,
y la fuerza que la naturaleza hoy nos brinda.
Pongamos fin al consumismo,
al capitalismo, al egoismo y al egocentrismo,
a las políticas jerárquicas, al desprecio por ser diferente,
al machismo, la misoginia, el especismo...
Apartemos la ingenuidad y la ignorancia de nuestras mentes,
por favor,
abrámoslas de par en par
a ver si corre el aire 
y nos despejamos de tanta manipulación...

Hoy,
La Tierra no respira.
Le hemos tapado los poros de la piel
con alquitrán, baldosas, cementos...
y nos hemos apropiado de ella,
porque no entendemos su idioma
y si grita -que lo hace- 
no nos damos ni cuenta.
Somos un enorme tumor 
llamado humanidad,
Por eso yo, 
quiero ser parte de la cura 
y del cambio 
llamado futuro
alternativo.
Por eso hoy,
siento decirles
que me paso al otro bando.

Etna Suárez.

#031


Me he cansado de el amor.
Le tememos porque es inmortal,
porque desde que nació
nadie ha podido con él.

Me he cansado de el amor, 
de los corazones agrietados,
y de los estómagos
revolucionados.

Por eso desde hace tiempo
quiero escribir poesía social,
y que me censuren por miedo a la verdad,
y gritar en tinta
revolución
en mayúsculas y con todas las letras

Amor el siglo que viene seguirá siendo el mismo.
Amor metamorfosea y es diferente en cada interior.
Y a pesar de eso
Amor siempre tiene la misma esencia.

Amor nos llega a las entrañas,
nos mima
nos desgarra
nos enseña las diferentes caras de la vida...

De Amor hablan y hablarán
todos los poetas. Siglo XXI:
en facebook batió el récord de amigos,
y al terminar Febrero un guines en bloqueos.

De Amor hablará todo el mundo.
Es conocido a nivel universal.
Éste evolucionará, puesto que el Amor de Bécquer
no puede compararse con el mío.

Por tanto, dentro de varios siglos
Amor será fugaz.
Fugaz hasta que desaparezca.
Y cuando desaparezca no seremos los mismos.
La vida será insufrible
y con tanto sufrimiento adiós a la vida.

Voy en avión,
a conocer un Amor diferente.
Algunos dicen que allí es más frío
y no me extraña.

No conocen el buen verano...
Es cierto que Amor será diferente,
pero seguirá siendo Amor.
Amor con otros apellidos.

En cambio
puedo asegurarte
que la situación social
será completamente diferente.

Por eso quiero escribir poesía social.
Para dejar escrito los grandes errores que la humanidad
-que nuestra población en concreto- está cometiendo.
Para que no se vuelvan a repetir.

Pero el ser humano es estúpido.
Volverá a tropezar en dos siglos con la misma piedra.
Y es posible, porque así estamos en España.
Menuda desgracia.

Somos gilipollas de segundo nombre borregos.
Nos controlan y nos tratan como a tales...
Los mayores pastores,
son los hombres vestidos de traje.

Y solo digo hombres porque la mujer
sigue estando por debajo.
Vamos en retroceso y
Qué rabia.

Quiero escribir poesía social
pero qué complicado.

Voy a una isla.

Quiero hacer poesía social
pero creo que me he confundido de momento.

Estamos a mitad de vuelo.

Me he dejado el amor en tierra,
y la revolución vuela conmigo.

Tenemos un problema,

me he cansado del amor.

Etna Suárez.

#030

Estás perdiendo terreno.
A base de mis risas
están invadiéndote.
Pero tienes suerte,
tienes suerte porque
no son conscientes.

No son conscientes
porque todavía
no me he desnudado.
Y te diría que tú mejor que nadie sabes
que al desnudo bailo siendo aire.
-Pero no es cierto,
tú no sabes nada...-

Las matemáticas fallan
cuando se trata de arte abstracto.
-Aunque yo no tengo ni puta idea de arte-.
Las ciencias tambalean
cuando tienen un pie en el sí,
y otro en el no.

Y yo,
a pesar de
sonreír ante las flores de un árbol,
de no tener ni puta idea de arte,
de reivindicar ideas revolucionarias,
de ser yo en todas mis formas...

A pesar de eso
y de mil cosas más, una
por cada célula que me compone,
no fallo dos veces, -o al menos eso intento-.
Odio repetir piedras en las colecciones
porque luego no tengo con quien intercambiarlas.

Estás perdiendo terreno.
Están invadiéndome,
invadiéndote,
y tiene gracia.
Exactamente
en el mismo lugar.

En el mismo lugar
donde sentí el fin
tu fin;
he sentido algo parecido,
pero totalmente diferente
a lo que tú pudiste llegar a ser.

Ya me reí contigo de lo eterno
y seguiré haciéndolo con quien venga.
Puta es el primer apellido de Vida,
y el segundo, el que pocos conocen porque
deciden cegarse antes de tiempo,
es Sabia.

Hoy vengo a contarte
que he denegado una pregunta
con más de no que de sí.
Pero no son conscientes,
no son conscientes
porque todavía
no me he desnudado.

Ya no te queda terreno.
A base de mis risas
están invadiéndome
mientras la arena
se cuela    por las
         arrugas
        del
             pantalón.


Etna Suárez.

#029


He conocido a un chico
que te gana a brillo en los ojos.
Cierto es que llegó en mal momento, pues
la vida se encaprichó en que llegara rápido
y fue una gran putada.

Siempre sentí
que me había hecho un pequeño hueco
en su complicada vida
y joder, eso es algo
que siempre agradecí.

Le hice daño,
fui muy puta con sus sentimientos
y eso es algo que no consigo perdonarme.
No se lo merecía,
ni se lo merece...

He conocido a un chico
aunque no sé a penas nada de él.
Te diré que tiene tanta coraza encima
como la que puedo llevar yo, a la luz del día.
Y te aseguro que pesa, que deja marcas.

Siempre pensé
que llegó demasiado pronto,
que quizás dejando pasar el tiempo
podría hacerle hueco.
Y se lo hice.

Pero se lo hice en mi vida,
cuando él lo que quería,
era un alquiler eterno
en ese órgano
que bombea sangre dentro mi pecho.

He conocido a un chico
y la verdad es que
nunca escribí sobre él,
pero se merece que alguien lo haga.
Alguien que le quiera con locura.

Con tanta locura como posee dentro.
Locura absurda
que a veces le hace reír sólo a él.
Se merece alguien que le haga eterno.
Y esa no soy yo.

Porque él es de palabras complicadas,
palabras que yo me prohibí hace tiempo,
palabras que unen a siempre con eterna.
-Quizás él me entienda-.

Y va a tener que perdonarme.
Me hubiera encantado
refugiarme con él
después de crear mareas
en lugares que no voy a nombrar.

Ojalá me hubiera superado,
ojalá hubiera batido mi récord personal
con él,
el récord donde hasta ahora
eres tú la máxima puntuación.

No voy a acabar nombrándote,
porque sería quitarle
el protagonismo que
sin tú dar permiso
yo hoy le he cedido.

He conocido a un chico
que me ha visto alas
cuando tú jamás supiste verlas.
He conocido a un chico
que cree merecerme
y no tiene ni puta idea.


Etna Suárez.



#028


Te quiero y no te conozco.
Y me temo aunque no estoy segura,
que desconocerte es la droga que posees.
Esa droga que me tiene en una larga
e inacabable desintoxicación.

Aunque es cierto que ya no dueles,
pero estorbas
y voy a confesarte(lo).

Quiero tenerte entre mis piernas
cuando se me acaben las vidas
pero antes,
quiero saborear mil cuerpos más
que me llamen señorita antes de entrar en sus sábanas.

Disfrutar de cada uno como si no hubiera mañana,
sabiendo que acabaré en tu cama
o en tu cocina,
o quizás en algún lugar
que no sea ni tuyo.
Pero contigo.

Quiero asegurar a pesar de que me guste el riesgo
que te tendré en frente dentro de siete vidas
para provar a suertes
si llevamos la misma melodía
y cuadramos en el mismo compás.

Quiero asegurarme porque
me da miedo,
me da miedo pensar que varias copas de vino
no servirán como pretexto
para cruzar caminos.

Por eso no quiero soltarte.
Por eso estorbas:
Porque creas incertidumbre.
Porque te desconozco.
Porque quiero conocerte.

Porque te quiero
a partir de mi octava vida.
Pero reconozco que me asusta
desaparecer del mapa,
y luego no encontrar el camino de vuelta
a ti.

Porque joder...
tú tan dispuesto a crear conciencia,
y yo tan falta de confianza en nuestra existencia.

Tú tan meteorito,
y yo tan explosión.
Sabiendo que en realidad,
el mundo no va a cambiar
con un nuevo BIG BANG
a menos que sea
invención del corte inglés.

Etna Suárez.

#027


Hoy es uno de esos días
en los que duermes con los ojos abiertos.
Uno de esos días
en los que andas sonámbula por las calles
aunque haga un sol de cojones.

Hoy duermo despierta
porque te sueño -caminando a mi lado-.
Me conozco demasiado esta jodida ciudad
y ya no consigo perderme -entre estas malditas calles-
ni en el rincón más solitario.

Necesito huir de aquí.
Esta ciudad me ahoga.
Cada persona que pasa por mi lado
es una gota de agua
dispuesta a colmarme el vaso.

Y este, está a punto de derramarse.

Etna Suárez.

#026


Las masas se dispersaban
como si quisieran abrirme paso a ti.
De noche todos los gatos son pardos,
pero vaya par de perros somos,
que supimos encontrarnos entre la multitud
el frío, y la oscuridad.
Esta vez,
ese encuentro, ese reencuentro, ese abrazo,
supo a "cuanto tiempo sin tenerte cerca".
Y caminamos,
y nos quedamos quietos,
y de Colón a Cibeles
nos pusimos al día en silencios.
Por supervivencia al frío
o por el simple hecho
de poder sentirnos cerca
sin un milímetro de distancia,
acabamos cuesta abajo
sintiendo uno,
el calor del otro.
Y una rana,
algo hippie y bohemia,
nos miró de reojo al pasar.
Y llegamos al punto,
donde se podía oler a sangre a lo lejos.
A rabia de perros enjaulados,
marionetas de un alguien,
personas poco personas...
Pero había que volver.
¿Me acompañas?
Te acompaño y me voy contigo.
Me quedo aquí.
Un rato más,
unas horas.
Pierdo el bus,
que les jodan.
Ya me buscaré la vida...
Pero no.
Sólo fue un sí, ¿hasta la parada de metro?
Y hasta la parada de metro fue.
Llegamos,
y Madrid, pudo ser testigo de una nueva despedida.
Me hubiera quedado allí,
así,
en eternos minutos.
Tus labios fríos
mis manos frías
y el calor interno.
Me removiste,
como haces siempre.
Aun así, por un momento
dejó de oler a sangre
y una burbuja de paz nos envolvió.
Pero Madrid,
         esa noche,
                también fue testigo de g.u.e.r.r.a.

Etna Suárez.

#025


Hagamos un trato,
con contrato de palabras
y dedo meñique,
que dure dos inviernos
un par de veranos,
y tres primaveras.
Los otoños...
Los otoños de cambiar ropa por sábanas,
los guardaremos
para fugaces reencuentros.

Al final me desvío,
y no te cuento.
Yo venía aquí para decirte, que

Hagamos un trato abierto
para ese futuro incierto,
que nos espera a la vuelta de tres años.
Pero es tan utópico,
que mejor guardo silencio.
Ya te hablaré en sueños
si te sueño,
o me desgarraré el alma pensándote,
si pensándote no te grito esas palabras
que arden y me dejan quemaduras.

Y ¿sabes?
me doy cuenta que al final
termino sin decirte cual era el trato,
pero... ¿Y si aceptas?

Etna Suárez.

#024


Sábado sí y sábado también,
planeo ir a la ciudad culpable del fin.
Me gustaría encontrarte entre la masa que grita
en defensa de su dignidad a voz y pulmón.
Y hacerte una foto, sin que te enteres,
Hacerte una foto que desearía que acabara en la pared de una exposición.
E invitarte a encontrarte,
Y reencontrarnos.

Hay cosas que no tienen arreglo,
y es una desgracia.
Cuando la historia no termina
terminamos en puntos suspensivos
con tantas eses como sonidos hacen las chispas
que si tenemos ocasión, dejamos escapar.
Y todo alrededor prende fuego.
Y el invierno se convierte en primavera,
y las hojas se vuelven flores que colgarme en el pelo,
y vuelve a haber una conjunción entre un tú-yo,
y de ser dos pasamos a ser uno en fusión.
Y la luna, mi tan queridísima amiga
-ya sabes-,
se asoma más hermosa que nunca,
para que podamos jugar a encontrarla.

Y la encontramos,
y nos encontramos.
Sólo por un rato,
pues se termina lo que nunca terminamos.
Y el tiempo, como siempre,
juega en nuestra contra.

Etna Suárez.



#023

Cuando las musas huyen de ti antes de llegar la primavera.
Cuando esperas que todo fluya y nada fluye.
Cuando la luna está casi llena y un ave perdida le perfila el rostro.
Y deseas volar alto hasta alcanzar tu satélite.
Y deseas dejar de ser como ese ave perdida.
Y deseas encontrar tu sonrisa que ha decidido jugar al escondite.

Y deseas pero no decides.
No decides y te pierdes.
Te pierdes en un invierno que no quiere marchar
Y no marcha porque quiere que te recuerde.
Y te recuerdo;

Cuando la inspiración huye de mi antes de llegar la primavera.
Cuando espero que todo fluya y nada fluye.
Cuando la luna está casi llena y veo como un ave perdida le perfila el rostro.
Y deseo volar alto hasta alcanzar mi satélite, nuestro satélite.
Y deseo dejar de ser ese ave perdida.
Y deseo encontrar mi sonrisa
                     que ha decidido 
jugar a las tinieblas.



Etna Suárez.

#022


A veces entra el miedo,
sintiendo que quizás
sea la única idiota de los dos.
La idiota que todavía recuerda cómo le duele
la idiota que como le duele,
todavía recuerda.

A veces entra la duda,
pensando que quizás
solo soy para ti,
olvido en puro estado.
Pero por mi parte que no olvida,
-aunque duela-
te diré de nuevo que:

Te echo de menos cuando sube la marea
y no te encuentro entre la espuma blanca.
Miro al cielo cuando oscurece 
y constelaciones dibujan tu sonrisa.
Cada estrella es cada uno de los besos que no nos dimos
y acabaron en el aire,
y no sabes que
cuando la manta que cubre la tierra se llena de farolillos de deseo
me llega, sin quererlo, 
el sabor de tu boca a mi boca.
Hablar contigo me remueve.
Tiene la distancia un sabor amargo 
y me dan arcadas.
Pensaba que todo estaba ya en orden,
pero que ingenua,
el viento siempre será viento
y los huracanes siempre arrasarán con todo.

Eso eres tú,
un huracán que arranca los descosidos del corazón,
un vaivén de agridulces recuerdos,
un puñado de números seguidos
de la palabra quilómetros.

Eres un suspiro dentro del pecho,
eres ojos que ahogan,
lágrimas que se guardan,
y penas que se cuentan
cuando llevas dos copas de más en los latidos.

(Eso eres tú.)

Etna Suárez.

#021


Tres velas. Sólo tres velas iluminan las alborotadas ideas que ya no fluyen.
La obligación y la presión de una individual audiencia hace que sople en mi azotea, el mismo aire que sopla fuera.
Y se despeinan las palabras.
Lo detesto pero es cierto. Estoy dejando pasar el tiempo hasta que considere que ha llegado la hora de enredarse entre las sábanas y mientras tanto, con un poco de suerte, puedo dejar ordenados algunos pensamientos.

Ayer le vi guardarse las lágrimas.
Ayer le vi guardarse las lágrimas y aquello que bombeaba sangre inició la cuenta atrás y estalló.
Me recordó a esas películas con silencios solitarios donde echarse a llover. Tenerlo tan cerca dolió.
Pensé que en cuanto me fuera volvería a estar sola frente a ese silencio. Y le abracé. Le abracé tan fuerte como para hacerme entender sin mediar palabra.
Estoy aquí. Se fuerte. Sé como estás por dentro. Rota. Perdida tras la pérdida. No sonrías si no tienes fuerzas, que los dientes falsos desgarran. Estoy aquí. Te quiero. No diré nada. Ven. Abrázame.
No mencioné nada. Le abracé antes de irme y no volverla a ver hasta dentro de demasiado tiempo. No quería soltarme y yo tampoco era partidaria. Alargué los minutos pero tenía que marchar y cuando salí por la puerta, escuché  su  llanto  interno.

Etna Suárez.

#020

                            
He aclarado hoy, 
entre el frío y la llegada de la noche, 
que quiero ser musa y a la vez poeta.
Que quiero ser cielo, y quiero ser tierra.
Quiero abrir una puerta sin corriente,
acabar en la cama 
y no ser por gripe (A).
Quiero dejar sin aire a mis pulmones 
haciendo resonar las paredes y rincones
o captando la atención de quienes caminan
absortos, por las calles.
Quiero arañar y besar la espalda de quien luego me dibuje.
Quiero salvar vidas con abrazos y miradas
y quiero matar y fulminar también con ellas
a quien merezca la usurpación de unas gotas de sangre, 
de eso que algunos
llaman corazón.
Quiero bailar desnuda y que 
mis caderas sean el laberinto donde desee perderse.
Quiero leerle los labios 
y escribir sobre su sabor.
Quiero que me cante, 
que me cante sin cesar
canciones elegidas a propósito.

Quiero guerra de pinturas y figuras
tan quietas como muertas;
que por suerte hay quienes siguen vivas
y una de ellas soy yo.

Quiero aromas desde la cocina,
clics desprevenidos,
canciones de mis manos sobre un cuerpo,
el cuerpo del piano;

quiero un "no te muevas ya casi está"
y verme reflejada sin necesidad de espejos.

Quiero tantas cosas que sé
que no será él 
quien corra a mi lado en cada aventura,
sé que no será él ni nadie.
                   Libre ráfaga de viento seré y volaré sin rumbo fijo,
                   estoy segura.
Pues hoy, con el frío y la llegada de la noche
he aclarado:
que me sobro y me basto siendo quien soy
para ser quien quiero ser.
Etna Suárez.