A mi querida Laura,
por ser la inspiración
en esa noche
sentadas en un bordillo
contemplando un vaso
que se quedó hecho trizas.
Nacemos vacíos
pero llenos de ganas
de colapsar nuestros limites
hasta derramarnos.
Somos al nacer
como vasos de cristal
recién salidos de fábrica.
Yo nací
sirviendo al mundo,
llenándome de los culines
que cada uno deja,
al pasar por aquí.
Pero hoy me he roto.
Me he pegado una patada
en el más absurdo de los descuidos
y me he vaciado.
Quedando y siendo, solo nada.
Aquello que fui hace años
y creía haber dejado de ser.
Hoy he roto y he echado a llover
en el desierto que soy.
Y he descubierto que detrás
de mi cristal hecho trizas,
asoman los ojos de gente increíble
dispuesta a reparar contigo los rotos.
Porque aunque no eliminen las marcas
te enseñan que con las grietas
si brillas con luz propia,
reflejas en quien te mira
el dibujo más desigual y humano
que puede haber de uno mismo.
Y dime
¿qué hay más bonito
que ser una completa imperfección?
-Etna Suárez